1.10.2007

sociedad civil motorizada


si realmente existe una sociedad civil organizada en Venezuela, y sobretodo en Caracas, es la de los motorizados. Son más que un grupo de personas que comparten el mismo medio de transporte, una lógica vía de escape ante esta cada vez más congestionada ciudad, son como una familia unida.

El lugar más frecuente de reunión suelen ser los rayados peatonales durante el semáforo en rojo o debajo de algún elevado durante las lluvias que azotan a esta convulsionada ciudad de vez en cuando. Todos quieren estar allí, aún cuando ya está cambiando la luz a verde, vemos que los que se quedaron rezagados hacen un heroico esfuerzo de llevar sus motores al máximo, esquivando todos los automóviles que hayan, para al menos llegar y saludar a alguno, cosa que de no darles tiempo de hacer en el semáforo, lo hacen mientras van andando.

Gestos de fraternidad vienen y van, no importa en qué lugar estén, ni a qué velocidad vayan, siempre hay dos motorizados pegados conversando, y a veces son más, formando una hilera bastante interesante, sobretodo ahora que pueden circular libremente por todas las vías expresas de la ciudad, sirviendo además para la comunidad de reguladores de velocidad para los automóviles que van andando, tal y como sucede en las autopistas y carreteras con los servicios de tránsito locales.

Días de celebración: quince y último, sin duda, días en donde suelen abarrotarse frente a las puertas de las licorerías para celebrar, junto con el resto de sus colegas, con una fría en la mano, pasando por alto, por supuesto, los carteles que dicen “prohibido el consumo de bebidas alcohólicas frente a este local”, pues esto coarta de forma categórica esa libertad.

Pero para poder comprobar todo esto, tiene usted que ver qué sucede cuando un carro golpea, accidental o voluntariamente, a un motorizado. Es algo que va más allá del cariño de familia, pues llegan inmediatamente al sitio unos cincuenta motorizados a ver qué fue lo que sucedió y a estudiar lo sucedido sin descartar ninguna hipótesis a excepción del conductor del automóvil que inevitablemente es culpable por no andar en moto y es el agresor más frecuente a este gremio, cosa por lo cual no está muy bien visto.

“Casco, cinturón y condón” oí alguna vez decir a alguno de ellos, su lema de protección. Clase de ciudadanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mototaxi es lo que paga... escape ideal, tienes razón. soluciones viales ya!

saludos