no es secreto para nadie que hay algunas profesiones y especializaciones más complicadas que otras. Y a veces, por la falta de conocimiento de éstas, la gente especula y comienza a tildar de fáciles algunas labores que desconocen absolutamente.
El ejemplo que ahora se me ocurre es el de quien prestó su voz para el servicio de la CANTV del 119, el servicio de “dar la hora”. Probablemente uno de niño habrá creído que ese señor tenía un teléfono móvil a donde lo llamaba todo el mundo a preguntarle la hora, pero ya sabemos que la realidad es otra… es una grabación.
Parece muy fácil ¿no? grabar qué hora es durante todo el día y listo… te resolviste la vida en cuestión de minutos. Pues no. Imagínense lo engorroso que puede ser este trabajo: tener que ir a grabar todas las horas del día, pero dando un mensaje preciso y veraz. Todo lo contrario a cuando uno pregunta la hora por ahí y que te responden “deben ser como las tres y pico”, partiendo de la ya acuñada manera de ser inexacta de los venezolanos a la hora de dar una referencia de alguna dirección o de las horas de llegada a los sitios. La impuntualidad desgraciadamente es la norma aún cuando tenemos este servicio tan eficaz de darnos la hora, gratis, en cualquier momento del día.
La impuntualidad es la norma. Y si uno llega a la hora a una cita con alguien, que por ejemplo, sea a las 7:00 PM y pasan los minutos y llegan inclusive las 7:30 PM es algo normal, por la cola y cualquier otra excusa. Inclusive hay gente que llega tarde y ni se excusa. O de otros que hartos de la espera se van y que el que llega tarde, incluso, puede llamar a decir “¿dónde estás? Ya yo estoy aquí vale. ¿TE FUISTE? No vale te volviste loco”.
Lo del tiempo aquí nos tiene de cabeza, y típico que el señor que grabó la voz de lo del 119 está jubilado desde el momento en que terminó con esas grabaciones y está, quizá, en una isla del caribe bebiéndose una deliciosa piña colada junto al mar, un premio bien merecido, que además sirve también de refugio para los tan molestos tarados, que nunca faltan alrededor del mundo y sobretodo en este país, que le pregunten la hora.
Esto es algo muy común, esta raza de gente que persigue a trabajadores como éste… trabajadores que padecen de los constantes maltratos psicológicos de gente así y de que sean etiquetados de que hacen un trabajo fácil cuando al final, puede ser muy complicado, sobretodo el de tener que convivir con gente así.
Qué desgracia.
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