11.06.2006

Al rescate de las páginas de sociales


Durante muchísimo tiempo, incluyendo las últimas décadas y los últimos años de los noventa, las páginas de sociales de los principales diarios del país estaban llenas de los mismos rostros, las mismas personas, la misma gente. Y para salir allí plasmado, uno tenía que cumplir ciertos requisitos:
• Ser integrante de una familia importante,
• Tener un círculo de amigos que estuviesen en ese status, o que al menos lo proyectaran,
• Asistir a las fiestas, agasajos, brindis, bodas y demás eventos organizados por esa gente con su debido atuendo, de punta en blanco y no alquilado en Trajes Camargo, recordando que se debe proyectar una imagen de prosperidad,
• Etc. Etc. Etc.

Para poder ser popular, además de esto, uno tenía que cumplir con los requisitos anteriores o tener unas presentaciones contundentes en la movida nocturna caraqueña, para que por medio del chisme, tu nombre quedara en las bocas y cabezas de los demás participantes de esta rutina ancestral del ver y ser vistos. Todo esto se daba en las principales discotecas, fiestas, eventos y demás sitios nocturnos de la capital, que solían ser siempre los mismos: 1900 my way, Palladium que luego se convirtió en Pal´s, Le Club, todos los eventos que se daban en la Quinta Esmeralda y pare usted de contar.

En resumen, para poder ser popular y salir publicado en las páginas de sociales, tenías que tener un apellido que sonara bien, ser amigo de gente del mismo rango, y si éste no era tu caso, tenías bien cuesta arriba poder llegar a estas páginas e inclusive a las bocas de la gente, pues esa tribuna no era para todo el mundo. Pero eso era antes, cuando la gente bella del Jet-Set caraqueño tenían el monopolio absoluto y descarado de esta fuente de entretenimiento y de sociales.

Para fortuna de muchos y desgracia, horror, perplejidad, miedo, disgusto, repulsión y hasta tristeza de otros, esto cambió y se dio el fenómeno: La revolución de las páginas de sociales.

Ahora quien quiera salen en ellos, y todo esto impulsado por los revolucionarios y no menos visionarios de Rumbacaracas, Fashion Nights, A rumbear, Etc. Etc. Etc. Ellos por detrás y por delante la gente que apoyaba esto, los protagonistas y nuevos emperadores del Jet-Set caraqueño, que cambiaron drásticamente el transcurso de la historia de los sociales de este país y de los requisitos previamente establecidos durante los nefastos 40 años de estas páginas en los diarios:
• Ahora en vez de tener que ser integrante de una familia importante, tienes que tener sólo un nombre, y si es raro también funciona, así como también funcionan los sobrenombres y los inefables “nombres artísticos” de esta gente,
• En vez de flux o esmoquin, tener ropa que se adhiera al cuerpo y que pareciera incluso pintada, eso que ahora llaman ropa “chupi-chupi” o tipo tatuaje, esa que aunque parezca extremadamente incómoda de usar, es “la moda”,
• A juro y porque sí tienes que frecuentar las discotecas en las que la puerta esté atestada de gente tratando de entrar llamando por su supuesto nombre al guardia, empujándose entre sí, entre otras situaciones que se dan en estos sitios que estaría de más nombrarlos,
• Tu círculo de amigos ya no importa, con que tu novia o novio sean del mismo estilo tuyo super rumbero, ya estás prácticamente listo, si no, tener un grupo de amigos con quien rumbear también funciona.
• Etc. Etc. Etc.

Esta democratización de las páginas de sociales, del cambio del Jet-Set, de la gente conocida, en donde ya hay tribuna, al parecer, para el que le de la gana, literalmente es la verdadera revolución de las páginas de sociales y de la forma de cubrir esta fuente. Los resultados están por verse, pero de seguro que el antiguo Jet-Set caraqueño va a arremeter en algún momento con algo. Nadie sabe ni cuándo, ni cómo, ni dónde, pero igual lo estamos y lo seguiremos esperando.

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