11.14.2006

que vivan los corchos


Esto fue un aviso que hicimos aquí en ARS para la revista de la red DDB Worldwide, específicamente para la sección "DDB Moments" de la edición para latinoamérica. Es un homenaje a eso que todos en nuestra oficina, puesto de trabajo, cubículo o como lo llamemos, tenemos de una manera particular o fría: nuestro corcho. (prometo ponerme en contacto con Sumito Estévez para ver cómo se dice "corcho" en el resto de latinoamérica).

Ahí va!

"Dentro de la filosofía de nuestra red podemos encontrar “Las cuatro libertades”, sí, ese folletico amarillo que la mayoría de nosotros tenemos en nuestro puesto de trabajo. Búsquenlo un segundo, y vean en la primera página, exactamente a partir de la séptima línea del segundo párrafo encontramos que “el elemento más importante de un ambiente que sea amigable para el talento (sí, tú) es la presencia de la libertad”. Libertad. Ambiente amigable. Talento. Ahora échale una mirada a tu corcho. Aquí es donde comienza todo.

Los autores se han puesto de acuerdo para referirse al corcho como “una ventana al mundo de cada uno de quien los elabora”, inclusive, algunos quisieron ir más allá al decir que “el corcho es un altar de tu personalidad” y ¿cómo no? en un corcho podemos pegar absolutamente todo lo que nos identifique: postales, calcomanías, post-its, dibujos, avisos, fotos de nuestros amigos que ya no vemos y cambiamos por nuestros compañeros de trabajo que ahora llenan ese vacío en nosotros, y pare usted de contar. En un corcho puede haber cualquier cosa. Ahí está: libertad.

Nuestro puesto de trabajo es cada vez más nuestro mientras más cosas tengamos que nos hagan sentir como en casa y que quien pase por allí sepa que es ahí que te sientas tú y no otro, cosa que se hace evidentemente más fácil si en tu corcho hay alrededor de 5 fotos en donde todas y cada una de ellas apareces tú. No cabe duda de que el corcho es un reflejo auténtico de la personalidad de cada uno de nosotros, y sí, se siente muy bien cuando la gente reconoce tu esfuerzo al elaborar tu corcho y te dicen: “oye que cool está tu corcho” y ahora mucho más porque es una ventana a tu mundo, y ese mundo es tuyo, y al final están hablando es de ti, el talento, y tan bien se siente que se convierte inmediatamente en un elemento imprescindible para ese ambiente amigable que comentábamos al principio.

Que vivan los corchos."

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